miércoles, 2 de marzo de 2011

El ego y su repiqueteo

Hay días en los que me burbujea el alfabeto:

Días,
en donde mi barba me acaricia
y se relame a contrapelo de mis labios.
 Me dibuja, simple, concisa,
una sonrisa afable,
que le quita el aliento a los viajantes,
y le saca el peso a mis veintitantos años.

Días,
en los que cantar se hace preciso.
Y la bañera se hace una con el escenario.
Entonces naufrago en el mito de Narciso,
y espero...
con ojos bien abiertos
el sincero desengaño.

Esos días...
donde el humo del cigarro
se hace abrazo,
y mis besos, brillan juguetones,
salivando al mediodía como a un descanso tibio
con un chisporroteo manso.

A veces pasa, en esos días...
Me siento un navegante hermoso,
hecho de brisa...
que se zambulle al paso de las horas
con la alegría zigzagueante de una golondrina.
Y no le temo ni al pasado ni al hastío,
No me inquieta el ocaso.
No le huyo al frío.
Y mis manos se abren...
como pájaros de nido,
y vuelo libre entre el eco de mis pasos.

Esos días...
no son de Enero ni de Marzo...
son simples horas ofrendadas al destino...
en donde quemo a los extraños con el vino,
y le niego el pan a los fracasos...

 
Y sino entendió lo escrito, quizás escuchar esto ayude...

4 comentarios:

  1. Estoy desayunando con mi gata en la falda. Me preparo para ir a trabajar. La mañana está fresca. Pintan bien las cosas. Llego hasta acá y, además de descubrir tus letras, me canta el Nano.

    Si, a veces la vida nos regala mañanas fresquitas de marzo. Solo hay que saber saborearlas.

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  2. Malena: Gracias por convidarme a participar de tu tu desayuno entonces!
    Bienvenida!

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  3. No hay nada mejor que cantar bajo la ducha, Tano.

    Besos :)

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  4. Flor: Solo una cosa. Cantar bajo la ducha imaginando que el Luna Park te escucha.

    Besos.

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