viernes, 18 de febrero de 2011

Sinfonía del sabio calendario

Se siente como una gota de silencio cayendo sobre el pecho.
Tiene olor a cuerpo sudado y añejo.
Es como una mano que flota en el aire.
Como un ruido lejano, una charla distante.
Una mordida en la garganta.
Un peso en los hombros.
Un atardecer de enero.
Es como un abrazo parco... como un beso muerto.
Tiene sabor amargo, de saliva acobardada.
Como un gran suspiro largo, que va soltando el aire hasta hacerlo humo.
Con cada mate mañanero se va destiñendo...
vestido gris que decanta en un verde manso.

En algún momento y mientras va disimulando, el desamor, se hace ceniza...
y se vuela con el viento del olvido hasta hacerse cicatriz.
Luego marca...
luego letra noctambula.
Y por último, se hace recuerdo tibio, resignado.
Cada tanto burbujea un aguijón entre los labios,
pero suele deshacerse en el medio de la mañana.
Y va esparciéndose, como un átomo de polvo que vuelve a su origen...
para dar lugar a la sonrisa...
canción final del recorrido.
Sinfonía del sabio calendario,
que con sus pasos,
transforma todo amor
en casi nada.

Y si no entendió lo escrito, quizás escuchar esto ayude...    

4 comentarios:

  1. Uff, complejo esto. El amor puede, o no, transformarse en casi nada. Depende qué amor y hacia quien va dirigido. De todos modos, más allá de ello, siempre hay un aguijón burbujeando entre los labios... aún cuando el olvido se cobre parte de nuestros recuerdos y creamos que no importa. Escondido en algún lugar, está el sentimiento que fue.

    El calendario nos marca los días, pero al fin de cuentas somos nosotros los que decidimos qué hacer con ese tiempo. Más vale aprovecharlo!

    Un beso enorme, Tano :)

    ResponderEliminar
  2. Vecina flor; Si bien es cierto, nada pasa sin dejar su marca, también adhiero a aquello que el sabio Jorge Drexler sabe decir mucho mejor que yo... "Lo que dolería por siempre hoy se desvanece". Y es que como vos decís, los días hacen al calendario, pero en realidad el tiempo no es otra cosa que lo que uno hace con el.

    Otro beso para vos!

    ResponderEliminar
  3. si, el amor siempre termina convirtiendose en la nada. es su destino. con suerte, queda como un buen recuerdo. a veces, ni siquiera eso.
    lo que era el todo, es la nada.
    una rara mutacion de las intensidades.

    besos

    ResponderEliminar
  4. Lila: Finalmente y aunque nos pese verlo, TODO, ABSOLUTAMENTE TODO EN ESTA VIDA, es una cuestión de intensidad...

    ¡Quien pudiera tener la perilla para manejar el volumen!

    ResponderEliminar

Haga la prueba, sea espontaneo...