martes, 29 de marzo de 2011

La prisión autópica

Suele pasar, que los sujetos andamos por la vida, demasiado envueltos en el predicado.
Demasiado ocupados en lo importante, en nuestros estigmas, únicos, irrepetibles.
Envueltos en ese eje que habita nuestra vida, caminamos ajetreados por la autopista de la Autopía.
¿Que es la autopía dira usted?
Pues bien, la autopía es la utopía autómata que nos rige.
Es esa meta ciega, que nos pone, cual zanahoria delante del burro, un solo camino para arrastrar nuestra humanidad.
Es utópica, como todos los buenos deseos, pero automática, como la mayoría de las equivocaciones.
Y en esa autopía que nos rige, nos embarcamos, como ensayistas de la ceguera (y de eso ya escribió Saramago) dispuestos a pisar cabezas, tropezarnos con los extraños y amedrentar a cualquiera que se cruce por esa vereda.
La autopía, y esto es lo triste, esta signada por pequeñísimos ( y no digo pequeñísimos por pequeños) desvelos, tales como la soledad, el amor, el hambre o la falta de sueño. Y engendrada por estas pequeñas gotas de humanidad, se disfraza, autopicamente, de única.
Todos nos creemos inigualablemente irrepetibles.
 Pero lo cierto, aunque suene a verdad de almanaque, es que en el fondo, estamos engendrados por las mismas gotas.
Nos sorprende cuando un extraño llora. Nos incomoda. Nos molestan las voces en alto. Porque son ápices de humanidad que nos sacan del letargo. Es entonces cuando se nos plantea el desafío... ¿Miramos, o pasamos de largo?
¿Miramos como un pibe que se esta cagando de hambre nos pide una moneda? ¿Lo miramos al centro de los ojos? ¿Nos dejamos partir al medio por el? ¿Hacemos como si no pasara nada si alguien se pone a cantar en la vereda en voz bien alta, o cantamos con el? Cuando nos cruzamos con algún ex-cotidiano, ¿Le preguntamos realmente como está o rogamos por un autómata "todo bien"? ¿Miramos realmente al moribundo enamorado? ¿Al furibundo que discute la injusticia del vuelto de tres centavos? ¿Miramos como se nos cagan de risa los diarios cotidianos con su infopánico patentado? ¿Miramos el mundo en el que estamos parados? ¿O estamos tan sedientos de nuestra autopía que no tenemos tiempo para perder? ¿Acaso no nos damos cuenta que encima la autópica bastarda se va achicando hasta apretarnos la garganta? ¿Miramos como va perdiendo su condición utópica hasta simplemente transformarse en automática?  ¿Llegamos a observar como la corbata se transforma en mortaja, la vocación... en expensas, la profesión... en llegar a fin de mes?
¿Hasta donde creemos que nuestra autopía es solo nuestra? ¿Cuanto tiempo vamos a pasar sospechando de nuestras diferencias hasta acercarnos a nuestros parecidos? Si son tantos... tan enormes. Si somos todos, en el fondo, lo mismo...
Ojos que lloramos algún abrazo partido...
Llanto que mamamos por miedo a no ser queridos...
Grito que gritamos por querer ser escuchados.
Soledades que se piden un resguardo.

El vals de las ojeras

El asfalto le va humeando su resignación a la jornada.
La medianoche, tibia, se va esparciendo por las casas.
Los semáforos ya le silban su vacío a las calles desterradas.
Todavía resuenan entre los adoquines los pasos canallas de los transeúntes.
Lentamente va muriendo Buenos Aires, para reencarnar mañana.
Y yo acá,
agitado,
revuelto,
signado,
Respirando el barro de la noche como un buho desmadrado.
Bailando con el silencio un tango amargo.
Cruzando insultos con las sabanas,
amedrentando a las almohadas,
jugueteando zigzagueos entre el sueño y el letargo.
Ovillando desconfíos y deshilachando reclamos.
Olvidando.
Rozandome los pelos de la barba para reconocer quien hay debajo.
Soy amigo de la noche y el desvelo.
El otoño, canción de cuna del destierro,
es por las noches, mas humano.
El verano, se hace fango y confiesa, en la nocturna, sus secretos.
La luna es mas humana en los inviernos.
Solo la cándida primavera es mas amiga del celeste calendario.

Pero la primavera es estación para el almíbar y sus besos.
Y lo confieso...
yo soy mas bien, otoño.
Amigo del piano y su descenso.

Y sino entendió lo escrito...

domingo, 27 de marzo de 2011

Pentagrama perdido sobre sábanas difusas

Te quiero desnuda.
Frágil o desafiante.
Te quiero aliada.
Con tus ojos perdidos
en el día sumiso,
en la noche esquiva,
en la tarde errante.

Te quiero desnuda y en silencio.
Con tus piernas enredadas en las mías,
y tus manos astilladas en mi fuego,
o en mi parco cadáver.

Te quiero desnuda y dentro mio.
Te quiero afuera, temblando,
con tu cuello cautivo
por mi lengua asaltante.

Te quiero lejos y cerca.
Sincera.
Descansando del invierno
junto a mi corazón herido.
Con mis manos enredadas en tus caminos...
y tus uñas alertas
astillando mis sentidos
aprovechando mis olvidos,
jugando con mis compuertas.

Te quiero así también...
como quieren los cobardes...
con agónicos sonidos
y miradas entreabiertas.

Te quiero desnuda
por sobre todo,
porque estoy harto de ver tu vestido.
porque soy carne también,
te quiero desnuda,
dentro mio.

Y sino entendió lo escrito:

viernes, 25 de marzo de 2011

35 veinticuatros

Hoy, por si hay algún distraido que vive en Lumilagro al 300 no lo sabe, se conmemoró el trigésimo quinto aniversario del comienzo de una historia que no se puede olvidar. Hoy hace treinta y cinco años, la junta militar comandada por Videla, Massera y Agosti, iniciaba su reinado del terror y asumía el poder  bajo el manto impune de las armas.
Hoy, hace 35 años comenzaba una época nefasta para este país. Quedaba suscripto el activismo político. Pasaba a mejor vida la expresión real de los artistas. (Quizás había lugar para rambito y rambón y los almuerzos de la señora) y se iniciaba "el proceso de reorganización nacional".
Y mientras las veredas suspiraban su calma de mortaja y los susurros cantaban la canción del "algo habran hecho", por debajo de la alfombra, se secuestraba, se torturaba, se apropiaban de bebes, se picaneaban fetos. Se destrozaban familias. Se intoxicaba a la política hasta transformarla simplemente en un "No te metas en cosas raras", como si la militancia, el activismo, o simplemente el tener un pensamiento individual, formase parte del mundo de los culpables. De los quilomberos. De los terroristas. Los sospechosos.
Y así, envueltos todos bajo la lupa y el cañón del gran hermano, los porteros de edificio reportaban movimientos extraños y las agendas pasaron a ser listas de la muerte.
"Los ellos" tenían el poder absoluto y la impunidad suficiente como para ser jueces, jurados y verdugos de cuanto ser humano se les cruzara. Muerta estaba la democracia. Muerta estaba la libertad de expresión. Muertos estaban los derechos humanos.
Hoy... 35 años después, se escucha a tanto pelagatos hablar de falta de libertad de expresión. Se mastica tanta mugre cuando algunos barrionorteños hablan de inseguridad... Se vomita tanta ignorancia cuando se habla de "la dictadura de los K". Hoy, en la plaza, escuche semejante barrabasada... "La dictadura de los K" Me encantaría saber que haría un ignorante de semejante calaña, si de verdad estuviera viviendo una dictadura como la que le tocó vivir a la Argentina desde Marzo del 76 hasta principios del 83. No se dan cuenta ( O aun peor, no quieren darse cuenta) de que en una dictadura, simplemente les sería imposible estar cantando semejante idiotez en el medio de una plaza.

Ya bien lo he aclarado, el que suscribe es Kirchnerista, militante activo, y un apasionado de la discusión política.
Pero esto que escribo no parte de mi convicción, ni de mi ideología. Ni siquiera de mi militancia. Esta pequeña reflexión que me permito, desde este, mi útero letrado, es simplemente un principio que creo inclaudicable:
Desde que recuperamos la democracia, los 24 de Marzo, están para ir todos juntos a la plaza y recordarles a aquellos que por lo bajo se siguen relamiendo con volver a esas épocas, que NUNCA MAS el pueblo va a volver a permitir que decidan por el. NUNCA MAS se llevarán las vidas de 30.000 personas. NUNCA MAS sin democracia. NUNCA MAS el poder tomado con la fuerza de las armas.
Y aquellos que confunden los 24, con un día para salir a cantar incoherencias, en su afán bajo de sumar algún adepto mareado por las circunstancias, deberían hacer uso del maravilloso ejercicio de la memoria.
La memoria, arma y bandera de los pueblos que saben aprender de su historia, para abrazar sus aciertos y no caer bajo el filo de la misma daga asesina que todavía se relame, haciendose fuerte detrás de la intolerancia, el odio, el miedo y por sobre todas las cosas: el "no te metas".

Que el 24, siempre recuerde que este pueblo no va a dar ni un paso atrás.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Buenos Aires cuando llueve

Cuando llueve
las calles se patinan de miradas al destino.
Se blanquean  los pecados...
Se pierden por el camino.

El mundo parece un lugar mas justo.
Un nidal menos distante
cuando llueve...
los cobardes se escapan de su luto
y chapotean presurosos en la jungla discordante.
Se los ve nerviosos, es cierto.
Pero vivos...
mucho mas despiertos que en el verano agobiante.

Cuando llueve, el cielo llora sus ocasos,
y la tristeza de los mansos tiene acompañante.
Las ventanas, las guaridas,
las esquinas, las avenidas,
limpian todas sus mentiras
y rocían, comedidas,
sus verdades de viajante.

Cuando llueve,
Buenos Aires se sincera.
Se muestra opaca,
simple,
tanguera.
Y yo cabalgo por sus calles,
aprendo de su escuela.
Me empapo de su historia,
me recibo caminante,
y salpicando a los extraños
de sonrisas y melanco,
me calzo las espuelas.

 Y si no entendió lo escrito:

lunes, 21 de marzo de 2011

El grito de las cigarras y el sonido de los grillos

El día ya se desilachó por sobre los tejados.
Los grillos juguetean en mi ventana.
Yo estoy desnudo, transpirado,
envuelto en un cigarrillo que me amamanta.

Y un oleaje verde,
de recuerdos ahogados
y caricias vacías
de repente... se me sube a la garganta.

El recuerdo tiene el gusto de todo lo perdido.
Lo mastico con silencioso desgano.
Por la ventana,
súbitamente,
 nace un silbido...
y yo lo escucho como un pájaro lejano.

El silbido va creciendo entre las hojas...
Solitario...
 noctambulo,
sus ramas marchitas se esparcen por mi cuarto.
Una risa fría,
una dama roja,
carcelaria,
me atropella con sus manos de lagarto.

Su lengua reptil, se deshace en un grito.

Ese era el sonido, ¡Ese mismo!.
Con su filo devenido en medianoche gris,
me apuñala...
sin motivo.

Y yo...
todavía mareado,
me desangro.
Yo,
todavía aturdido,
me acobardo.

Bañando el parqué con mi tinta,
tanteo a ciegas las paredes de mi cuarto.

Encuentro entonces, una pared distinta.

Tiene un espejo.

El reflejo,
cruel destino,
solo a mi me pinta.

Solo a mi.

Todavia humeando, de a bocados, mi cigarro.
Bañado únicamente en lágrimas de tiza.

Solo yo.

Y mi tristeza,
que serpentea junto al humo...
me marea,
y se escapa en vuelo manso por la ventana,
hasta hacerse sonido de cigarras...
De esas cigarras...
que siempre andan dando vueltas.

Y sino entendió lo escrito..:

domingo, 20 de marzo de 2011

Carta abierta al extraño

Espero que entiendas cuando digo
que sin saber tu nombre,
sin haber visto tus ojos ni conocer tu historia...
Sin saber de tu pasado,
de tus amigos,
tus gustos,
tus miedos,
tu memoria...
Te conozco.

Espero que entiendas cuando digo
que sin haberte tomado de la mano,
ni hermanarme en un abrazo...
Sin compartir con vos un mate o un café...
o dos gotas en un vaso...

Sin haber oído ni una sola de tus notas cuando cantás bajo la ducha...

sin sentir el temblor de tu pecho, después de que un silencio te haya partido el corazón,
o escuchar tus alaridos por un amor que te marea como un llanto sin escucha...
Yo te entiendo.

Espero que sepas cuando digo
que esa soledad no es solo tuya,
que tu risa me ilumina los días mas nublados,
que tu hambre es mi hambre,
que tu lucha es mi lucha.

Espero que entiendas cuando digo
que aunque nunca te conozca,
ni te grite, ni te llore, ni te de la razón,
aunque nunca sepa de tus horas,
ni te bese, ni te roce...
Yo te amo con toda mi canción.

Y esa quimera que es tu fuego,
arde en mi hoguera.
Y esa antorcha que es tu sueño,
es también mi sendero de zapatos vencidos,
pero erguidos bajo el fango de una erupción clara...
como un tango de potrero
o un poema de ocasión.

Son tus pasos,
ajenos a los míos,
los que me hacen caminante.

Y espero que entiendas cuando digo,
que ese...
es el único camino disonante
ante tanta mala costumbre...
ante tanta falta de indignación.

Y... sino entendió lo escrito... 
no hay canción, ni rima que lo salpique, 
ni mentira, ni oración, ni bebida que se lo explique. 

sábado, 19 de marzo de 2011

Sonata para mesa de café, con una luna en re menor que los acompaña.

Estoy enamorado del baile juguetón que hacen tus dedos sobre la mesa del café. Febrilmente enamorado de tu ronroneo, música suave que sale de tu habla.

Estoy enamorada de tus ojos. De como te envuelve el desvelo la mirada. Del silencio; fuego incomodo que nos damos. De las pausas involuntarias.

Estoy enamorado de tu boca. De tus labios purpura y tus dientes que reclaman. Del roce pasajero de tu mano en una caminata.

Estoy enamorada de tus hombros y los míos, clavando sus agujas hasta derretirnos en un mismo fuego, asesino y nocturno. Enamorada de tus gritos y tus uñas en delirio, y tus sabanas, piel de seda que me envuelve y te envuelve, y nos abraza.

Amo tu sonrisa de recién despierta y tu mate, único desayuno.

Amo tu cara de hombre serio ante el diario mañanero y la caricia que la medialuna te devuelve cuando la bañás sobre la espuma del café con leche que te hice.

Me da miedo tu ausencia de ojos grises cuando te pregunto que te pasa.

No entiendo tu eléctrico desorden de papeles en el bolsillo y migas esparcidas por toda la casa.

¿Que quiere decir que hoy no nos vemos?

¿No me extrañás? ¿Que te pasa?

¿Porque mierda dejás siempre los puchos, como cadáveres a medio morir, todos juntos en el cenicero?

(...)

¡No te metas con mis viejos!

¡Es esa puta costumbre de masticar como una vaca!

¿Porque siempre que leés fruncís el ceño? ¿No ves?

No te entiendo.

Cuando estoy con vos me siento sola.

Cuando estoy con vos no siento nada.

(...)

Estoy enamorado del baile juguetón que hacen tus dedos sobre la mesa del café... este último café nuestro.

Estoy enamorada de tus ojos que me miran con sabor a despedida.

Y se callan.

 El mozo, desde lejos, mira perplejo como esos dos, intentan decirse algo, pero no saben decirse nada.

Y sino entendió: 


miércoles, 16 de marzo de 2011

Doble vida

Hay una vida que es la organizada.
Soy sastre de mi agenda y verdugo de mi almohada.

Hay una vida,
la discreta,
que es la que cambia lamparitas,
la que paga las cuentas.

En esa vida, hay una intrusa.
Otra vida duende,
que tiñe con su locura.
y aunque de mi no depende,
se transforma,
soltando sus retazos,
en mi musa.

Se hace poeta descarnada en momentos inconvenientes.
Mancha con su ácida navaja al transeunte de mis horas.
Persigue al calor de la imprudencia
y se viste como su delincuente.

Hay una vida,
es la que los hombres de ojos bajos llaman "sana",
que desayuna todas las mañanas
 y dibuja lineas rectas en mi mente.

Esa vida, lo confieso, no es humana.
Es un simple cordel que sostiene
el vértigo en los huesos que me llama
a pelearle el abandono a mi intemperie.

Esa vida, yo lo se, es una excusa...
Un traje...
Una madre...
Una reclusa...

Es necesaria.

Tristemente se asemeja a dormir de parado
o a contar ovejas...

Pero es antorcha en esos días carcelarios,
en donde mis colores amarillos me hacen daño
y los rosas se parecen a los años,
que con su eco me pintan de celeste.

Y "el que quiere celeste que le cueste"
dirán las viejas,
hampa mafiosa del calendario.

Y es que este duende, no quiere celeste
ni amarillo.
Solo quiere aprovechar el tinto vino,
que en un descuido,
la vida te regala a diario.

Y sino entendió lo escrito, quizas escuchar esto ayude...

lunes, 14 de marzo de 2011

Caminar llorando

Hoy simplemente caminaba por la calle...
No se bien si Humberto Primo o Carlos Calvo...
No hacía el frío suficiente ni el calor necesario...
Y de repente...
Lloré..

Lloré y lloré sin poder contenerlo...

Como un gato de tejado,
se me trepó a los hombros el peso del tiempo y la distancia
entre mis ojos y tus ojos.

Lloré, sin aire, entre los caminantes.
Sin vergüenza, me derramé ante los extraños.
Era el recuerdo del roce de tu abrazo,
el que apretaba mi garganta y me mordía los labios.

Llore sin vergüenza entre autos y semáforos.
Tu voz de viento se me hincó en el pecho.
Tu cara, manchada por el brillo del sol,
se hizo un hueco entre mi mochila y mi cansancio.

Lloré con un grito que solo yo escuchaba.
Aullaba, herido, como un lobo solitario que se siente acorralado.
Fue tu silencio el que me estalló en el tímpano.
Y sordo de impotencia, solo atiné a seguir aullando.

Lloré por las calles...
Me escurrí en las avenidas.
Caminé mis lagrimas.
Me lamí las heridas
hasta alejarme de tu puerta
y acordarme de la mía.

Hoy, en una distracción,
lo recordé...
Llevo conmigo
un dolor de muerte que me clavaste dentro.

Y que se desvanece solamente...
Cuando creo firmemente
en seguir caminando.

domingo, 13 de marzo de 2011

Una certeza

En un mundo rancio, con olor a naftalina y sabor a desconfío...
En esa búsqueda nauseabunda de confort a prueba de olvido,

de calor de invernadero.

En este rincón en donde los tacos han vencido a las ojotas...
Y las maquilladas apariencias le ganan al abrazo.

En este rancho
en donde los gauchos se relojean las boleadoras,
esperando con fortuna, ser el de la guasca mas larga
el tiento mas ancho y la bombacha mas corta.

En esta peatonal de cartón corrugado,
partera de susurros y sonrisas de mercado...

En esta antesala de escenario que regala primaveras, otoños y reclamos.

En este pequeñito,
infimo...
chiquito agujero en el que los mansos se regalan al silencio,
los presos a su carcel...
los tristes a su llanto.

En este calendario...
que amamanta mis momentos,
y los baña en miel tibia de ironía,
o los desviste al juego seductor del parpadeo,
el amor,
el delirio,
y su agonía.

En esta tierra,
llena de barro, de flores, de misterio, de días,
de hogueras, de almibar,
de besos, silencios, canciones, espejos,
locura, rutina...

En este techo,
mi único hogar...
En este río... mi único lecho.
lleno de ecos, pero también de melodías...
Tejido en sueños, y también en pesadillas.

En este,
mi trayecto...
solo una cosa viene con garantías:

El café con leche.

Y sino entendió lo escrito quizás escuchar esto ayude...

martes, 8 de marzo de 2011

No, woman no cry

La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia y reflejada por Aristófanes en su obra Lisístrata, que cuenta como Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución francesa: las mujeres parisinas, que pedíanlibertad, igualdad y fraternidad, marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos






También se forjaron desde sus manos 
el acero, el vino, la seda.
También de sus manos, se tejieron mitos y se irguieron leyendas.


Las encarcelaron, las relegaron, las apagaron.
Las hicieron a un costado.


Ustedes...
Caminaron por la plaza, portaron sus bigotes khalandonos los huesos, 
flamearon, volaron, y hasta se hicieron ancla.


Con fortaleza de uñas largas, le hincaron las garras al destino.
Se lo adueñaron. 
Se hicieron uno con el uno y con el otro.


Militaron en el misero campo de la desidia, gritando hasta llagarse la garganta.
Les devolvieron el grito: Mina, yegua, hembra, fémina.


Las llamaron "esposa",
"desposada".


Ardieron bajo el fuego de la antorcha.
Les pintaron "viva el cáncer".


Y ustedes... 
escritas en la memoria de una joven formal siguieron peleando la batalla.


Y ganaron muchas.


Y acá están. Mirando al mundo cara a cara.


¿Porque entonces... si la lucha es la igualdad, se la celebra enlatando la bandera sectorial que las tiñe como mujeres y nada mas? Si son tanto mas que eso. Si ustedes, con su manto, su herencia, su desgracia... su rubor, su ladrillo, su rimmel, sus curvas (deliciosa muerte)...


Ustedes son nosotros. 


Será hora de arrojar el diploma a la vereda.
Sera hora de abrazarnos bajo un mismo fuego... 
 ... los estudiantes, los negros, los putos, los discapacitados,  los ancianos, los niños...
Las mujeres.


Los humanos



viernes, 4 de marzo de 2011

Un desteñido y su camino

-¿¡Que hacés hermano!? ¿Que es de tu vida, tantos años?-
El antiguo vecino, su compañero de vereda,
Lo quemaba al caminante desteñido,
en la viva hoguera del tiempo perdido.

-Acá. Yendo al trabajo.-
Lo miró con ojos presos,
deseándole una viva muerte al encuentro
y al testigo que traía consigo.

-Se te ve bien... mirá que linda pilcha... ¿En que estás laburando?-
Que te importa, pensó el desteñido...
¿que carajo le importa a este mal parido como hago uso de mi horario?

-Soy contador de una firma respetable.-, dijo. Y era cierto.
Después de todo, el respeto hoy no se gana... se compra usado.

-Mira vos... no te hacia de ese palo.-
De ese palo, le dijo.
Que vulgar olor a grasa de puchero le sale por los poros a este gordo...
pensó sin miramientos, ni afecto, ni reclamos.
Se le hacía, al desteñido, este momento
un  retazo de recuerdo ya lejano.

-Puede ser... pero viste como es la vida.-
Intento escaparse con una frase hecha, el descolorido.
Pero el imberbe gordo que alguna vez tuvo de vecino, sin piedad, le siguió replicando.

-En la cancha la descocías hermano...¿No te probaste al final en Argentinos?-
...

Y el potrero se le hizo yaga en el pecho al incoloro,
que abatido, se acordó de las gambetas bañadas en polvo de suela...
del baldío que fue su olimpo y el último reducto de su sueño desvalido...
Recordó las tardes de Spika y los olores del domingo.
Paladeo con arácnido descuido los guisos de su abuela.

-No...-
Solamente no dijo el trajeado desabrido,
y sus ojos grises,
neutros,
Se le envidriaron hasta ahogarse en mar de nido...
Su lagrimeo parco, se le hizo niño enmohecido...
Resignación...
Y finalmente olvido para disimular el desencanto.

-Bueh... te dejo tranquilo.-

Abrazo de ocasión y dos caminos,
añejos,
hundidos en la nostalgia del deseo apagado
por la resignación sobreviviente de un mundo,
que a veces,
 a los desteñidos...
se les hace descarnado.

Y sino entendió lo escrito, quizas escuchar esto ayude...

una corta y en Inglés

En palabras del libre pensador Gregory House:

"... If you wanna be special... you´ve got to be alone" 

miércoles, 2 de marzo de 2011

El ego y su repiqueteo

Hay días en los que me burbujea el alfabeto:

Días,
en donde mi barba me acaricia
y se relame a contrapelo de mis labios.
 Me dibuja, simple, concisa,
una sonrisa afable,
que le quita el aliento a los viajantes,
y le saca el peso a mis veintitantos años.

Días,
en los que cantar se hace preciso.
Y la bañera se hace una con el escenario.
Entonces naufrago en el mito de Narciso,
y espero...
con ojos bien abiertos
el sincero desengaño.

Esos días...
donde el humo del cigarro
se hace abrazo,
y mis besos, brillan juguetones,
salivando al mediodía como a un descanso tibio
con un chisporroteo manso.

A veces pasa, en esos días...
Me siento un navegante hermoso,
hecho de brisa...
que se zambulle al paso de las horas
con la alegría zigzagueante de una golondrina.
Y no le temo ni al pasado ni al hastío,
No me inquieta el ocaso.
No le huyo al frío.
Y mis manos se abren...
como pájaros de nido,
y vuelo libre entre el eco de mis pasos.

Esos días...
no son de Enero ni de Marzo...
son simples horas ofrendadas al destino...
en donde quemo a los extraños con el vino,
y le niego el pan a los fracasos...

 
Y sino entendió lo escrito, quizás escuchar esto ayude...